Laparoscopia

El laparoscopio es un instrumento con apariencia de tubo fino el cual esta conectado a una fuente de luz y permite ver directamente los órganos internos.

La laparoscopia normalmente se realiza en un hospital o centro especializado bajo anestesia general. Cuando se hace con fin diagnóstico suele durar entre 15 y 30 minutos, si se efectúa con fines terapéuticos puede llevar varias horas, dependiendo de la patología a tratar.

Para efectuar la laparoscopia se realiza una pequeña incisión debajo del ombligo por la que se insufla dióxido de carbono el cual distiende la cavidad abdominal facilitando que el laparoscopio pueda ser introducido con seguridad. Se hace una segunda incisión debajo de la línea de vello púbico para encajar el instrumento activo: unas pinzas o fórceps especiales.

Se procede entonces a inspeccionar cuidadosamente el útero, los ovarios y las trompas de Falopio. También se pueden examinar otros órganos como la vejiga, el apéndice, el hígado o la vesícula. Se valorará cualquier daño en los tejidos, adhesiones, endometriosis; la movilidad de los ovarios y las trompas. Para comprobar la funcionalidad de las trompas se inyecta una solución azul a través del cérvix hacia el útero para ver si el líquido entra en éstas, en cuánto tiempo y si fluye fácilmente a su través o se sale de ellas fácilmente. En algunos casos se toman pequeñas muestras del endometrio las cuales serán analizadas para comprobar si ha habido cambios en la secreción debidos a la ovulación y/o también para detectar posibles infecciones o irregularidades en los tejidos uterinos.

La laparoscopia terapéutica se suele usar para eliminar endometriomas, para extirpar tumores uterinos benignos (miomas) y quistes ováricos los cuales no se pudieron eliminar mediante tratamiento con fármacos. También se emplea para permeabilizar trompas que se encuentren obstruidas.