Problemas de fertilidad: una preocupación con tradición
Fecundidad, Procreación y Descendencia - preocupaciones superlativas de la humanidad desde tiempos remotos que siempre se mantuvieron en secreto.
La rapidez de los medios de comunicación actuales y la tendencia "moderna" de tematizar problemas que antes eran tabú, han destapado uno de los problemas a los que se enfrenta el hombre: su propia dificultad para concebir. Hoy en día un asunto de interés público.
Curiosamente, cuando se habla de este tema se tiende a pensar que es un problema nuevo surgido a través de las consecuencias de el Desarrollo: la polución ambiental, la calidad de los alimentos (comida basura, agricultura transgénica) y las desventajas de algunos avances tecnológicos (las ondas magnéticas en los teléfonos móviles, por ejemplo) los cuales interfieren en la fertilidad de manera negativa. Lo cierto es que nuestros antepasados también se enfrentaron a problemas a la hora de concebir.
Numerosas estatuas de Dioses de la fertilidad, testigos mudos del culto a la fertilidad y el deseo de procreación, nos revelan que la preocupación del hombre por la posibilidad de no poder tener hijos existe desde hace más tiempo del que pensamos.
Los hijos garantizaban en el pasado la existencia de los padres: eran la mano de obra en los campos, cuidaban del ganado y lo más importante, se ocupaban de cuidar de los padres cuando éstos no podían valerse por si mismos. En una palabra: los hijos eran la renta de los padres. Por este motivo era sumamente importante tener descendencia.
Aunque hoy en día el significado de los hijos en su papel de garantía de la existencia de los padres en el futuro ha perdido importancia, el instinto reproductivo del hombre mantiene latente el deseo de tener hijos. Sin embargo algo ha ido cambiando con el paso del tiempo: Hoy en día, tener hijos, además de significar una realización personal, sobretodo para la mujer y su instinto maternal, tener hijos juega un papel importante en la aceptación social y en el hombre incluso en el éxito laboral: uno de los „criterios de filtro“ que aplican los responsables de recursos humanos al buscar el candidato ideal es que haya formado su propia familia. Tener hijos es símbolo de estabilidad, de seriedad y de fiabilidad.
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