Sè 100% lo que pasa por tu cabeza, al menos lo identifico con lo que pasa por la mìa...decidir tener nuestro primer hijo no ha sido fàcil, ni ha surgido como un deseo en los dos a la vez y con la misma intensidad. Yo sè que quiero ser madre desde que tengo memoria...he disfrutado de todas las edades y de todas las etapas de la vida, salir, fiestas, viajes, aventurillas, ligues, amores, desamores, estudios, trabajo, inquietudes...siempre albergando ese deseo y recreàndome en el pensamiento de acunar y amamantar un hijo como quien mira un tesoro en secreto y vuelve a guardarlo. Tuve la grandìsima suerte de trabajar 6 años en un centro de educaciòn infantil y ahì ahogaba mis ganas, mi impaciencia, mis niños me colmaban de satisfacciòn, durante ese tiempo construimos y consolidamos la pareja que somos, querìamos un bebè, pero nunca hablàbamos de cuando...econòmicamente parecìa imposible, coyunturalmente tambièn, cada dìa recibìa cientos de abrazos y de besos de baba y mocos, de sonrisas desinteresadas,... seguir aplazàndolo no me resultaba tan duro.
Decidimos dar un gran salto en nuestra vida para lograr mayor estabilidad, para poder ampliar la familia y lo dimos, vinimos a Chile y la fortuna sonrìe a mi marido con un buen trabajo, reconocimiento y alivio econòmico...Y què ocurre? mi reloj biològico estalla como un despertador enloquecido, dejar mi trabajo y extrañar a mis fierecillas me sacudiò, todo lo que me rodea es bueno, es estable, es lo propicio...POR FINNNN!! Eso es lo que yo sentì, ganas, deseo que duele, que te impide hacer otros planes, porque ese es tu plan, es el momento que llevaba esperando 32 años, pero no es lo que sintiò mi marido...liberado de la presiòn del fin de mes sus planes iban por otros derroteros...salir, viajar, fiestas, amigos, esquiar, seguir estudiando, club de montaña...
Ha sido muy costoso para la relaciòn llegar al momento en el que estamos hoy, ilusionados y convencidos los dos...los hombres por lo general no sienten la presiòn de la edad que recae sobre nosotras, aunque a ellos tambièn les afecte, ni sienten ese deseo exacerbado que llega a convertirse en obsesiòn, son cuestiones puramente biològicas y culturales, la responsabilidad les supera. Lo quiero como es, me entiende y sè que cuando tenga a su bebè en brazos por primera vez todos esos miedos daràn lugar a otros y todas esas renuncias se convertiràn en entrega.

LinitaLuis