escrito el: 29.01.13 10:35
Estoy en un andén de una estación de metro. Llevo mucho tiempo esperando, pero mi tren no pasa. El cartel de información, donde suele poner el tiempo de espera para la próxima llegada está siempre apagado, así que no sé cuánto tiempo más voy a tener que esperar. Estoy muy cansada y muy triste. En mi andén no hay nadie. Nadie a quien pueda preguntar ni que me pueda ayudar. Estoy sola.
En el andén de enfrente hay mucha gente que conozco. Familiares, amigos, vecinos...En su andén pasan los trenes cada poco tiempo. No sé por qué en el mío no. Al principio les gritaba pidiéndoles ayuda, contándoles que mi tren no llegaba, pero ellos sólo me saludaban con la mano, y me decían que esperara, que ya llegaría. Así que ya no les hago caso. Veo pasar sus trenes, veo cómo suben y yo me quedo sentada, llorando.
Hay un interfono en mi andén. En el cartel de información pone que tienes que apretar el botón para que el tren venga. Lo aprieto siempre, lo aprieto muchas veces...pero no funciona. También hay otro botón para hablar con el servicio técnico. He llamado y me han dicho que está todo bien, que las vías están despejadas, que el tren funciona perfectamente y que los conductores están muy contentos y motivados. Así que no entiendo por qué no viene ya. El técnico me ha dicho que si sigue sin venir, elegirá a un conductor él mismo, lo meterá en un tren y lo enviará a mi estación. Lo llaman “Viaje especial”.
Un día, paseando por el andén, vi una puerta que no había visto hasta ahora. Tenía un cartel que ponía SALA DE ESPERA. Abrí la puerta, y vi una sala grandísima, totalmente rodeada por ventanales, desde los que se veían muchos andenes, también vacíos y con los carteles apagados. Es una sala preciosa, llena de sofás muy cómodos, con máquinas de refrescos, de aperitivos y de café. Hay mesitas con revistas y libros, está llena de plantas y de macetas con flores. Pero lo que más me sorprendió es que estaba repleta de chicas.
Había chicas asomadas a los ventanales, otras estaban sentadas en grupo, charlando y riéndose, mientras tomaban un café. Había algunas alrededor de otras chicas que estaban llorando, abrazándolas y consolándolas. Muchas estaban estudiando unos libritos que se titulaban “Cómo llamar al tren”.
Al principio, me quedé en la puerta. No me atrevía a hablar con ellas de mi problema, porque pensaba que serían como la gente de enfrente de mi andén. Pero, poco a poco, fui oyendo sus conversaciones, y me di cuenta que tenían el mismo problema que yo. Sus trenes tampoco llegaban. Los andenes, que se veían por los ventanales, eran los suyos. Cada chica tenía uno, que vigilaban constantemente, como yo el mío, por si acaso el cartel de información se iluminaba, y ponía “El próximo tren va a hacer su entrada en la estación”
Un día, reuní valor, me senté en un sofá y me presenté. En seguida un grupo de chicas vinieron a saludarme, y me dijeron que estaban muy contentas de que hubiera entrado en la sala. Les conté mi problema, y ellas me dijeron que estaban igual que yo. Sus trenes tampoco venían, y algunas llevaban también mucho tiempo esperando y se sentían igual de solas. Me dieron uno de los libritos “Cómo llamar al tren” y me explicaron que hay que apretar el botón del interfono en un momento preciso, y que para saber cuál era tenía que estudiarme el librito.
Me surgieron muchas dudas mientras estudiaba, pero siempre había alguna chica que me las solucionaba. Estoy muy contenta, porque por fin, después de tanto tiempo, puedo hablar con alguien de lo que me pasa, y me escuchan, me animan y me comprenden.
He aprendido mucho desde entonces. Hay chicas, que cuando hablan con el servicio técnico, les dicen que hay un obstáculo en las vías, y que por eso el tren no puede llegar. A otras, le dicen que el tren está estropeado, y no arranca. A muchas, les dicen que los trabajadores están en huelga o que son muy vagos. Para todas hay soluciones, aunque a veces tienen que esperar mucho, pero ellas ponen todo de su parte.
Van a la sala de personal, y les llevan pastelitos a los conductores, para a ver si así se ponen contentos y les entran más ganas de trabajar. Si esto no funciona, el técnico de la estación, coge a alguno del cuello, le obliga a entrar en el tren y le manda a la estación del la chica que lo está esperando. Eso es un “Viaje Especial”. A veces el tren sigue sin llegar, porque se pierde por el camino, y acaba en una estación fantasma. Pero las chicas no se desaniman, les siguen llevando pastelitos y el técnico lo sigue intentando, hasta que el tren vaya a donde tiene que ir.
Otras veces, el técnico tiene que arreglar las vías, o reparar el tren. Hacen obras y mucho ruido, y la chicas se llenan de polvo, y sus andenes quedan hechos un asco. Pero las chicas se ponen a limpiarlo, llenas de energía, se sacuden el polvo de encima y esperan a que se ilumine el cartel. Yo las admiro muchísimo a todas, e intentamos ayudarlas siempre que podemos.
Pero el mejor momento de todos, es cuando estamos en nuestra sala, charlando y riéndonos, y de repente, vemos que el cartel de una de las chicas se ha iluminado. Entonces, todas nos ponemos como locas de contentas, empezamos a saltar y abrazarla llenas de alegría. Le acompañamos a su andén, y nos emocionamos muchísimo cuándo vemos a su tren entrar. Le ayudamos a subir, nos quedamos viendo cómo se va, mientras le decimos adiós con la mano. Algunas incluso llevan pancartas.
Pero no nos despedimos de ellas para siempre. En nuestra sala hay un teléfono con manos libres. Y las chicas que ya han cogido sus trenes nos llaman muy a menudo, para contarnos cómo les va en su viaje, qué paisajes están viendo, y sobre todo, para contarnos cómo apretaron ellas el botón del interfono. Aunque ya sabemos que no funciona igual para todas, muchas veces nos ayudan.
Y aquí sigo, en mi andén, esperando a que se ilumine mi cartel. Pero ya no estoy sola.
MUCHAS GRACIAS!!
En el andén de enfrente hay mucha gente que conozco. Familiares, amigos, vecinos...En su andén pasan los trenes cada poco tiempo. No sé por qué en el mío no. Al principio les gritaba pidiéndoles ayuda, contándoles que mi tren no llegaba, pero ellos sólo me saludaban con la mano, y me decían que esperara, que ya llegaría. Así que ya no les hago caso. Veo pasar sus trenes, veo cómo suben y yo me quedo sentada, llorando.
Hay un interfono en mi andén. En el cartel de información pone que tienes que apretar el botón para que el tren venga. Lo aprieto siempre, lo aprieto muchas veces...pero no funciona. También hay otro botón para hablar con el servicio técnico. He llamado y me han dicho que está todo bien, que las vías están despejadas, que el tren funciona perfectamente y que los conductores están muy contentos y motivados. Así que no entiendo por qué no viene ya. El técnico me ha dicho que si sigue sin venir, elegirá a un conductor él mismo, lo meterá en un tren y lo enviará a mi estación. Lo llaman “Viaje especial”.
Un día, paseando por el andén, vi una puerta que no había visto hasta ahora. Tenía un cartel que ponía SALA DE ESPERA. Abrí la puerta, y vi una sala grandísima, totalmente rodeada por ventanales, desde los que se veían muchos andenes, también vacíos y con los carteles apagados. Es una sala preciosa, llena de sofás muy cómodos, con máquinas de refrescos, de aperitivos y de café. Hay mesitas con revistas y libros, está llena de plantas y de macetas con flores. Pero lo que más me sorprendió es que estaba repleta de chicas.
Había chicas asomadas a los ventanales, otras estaban sentadas en grupo, charlando y riéndose, mientras tomaban un café. Había algunas alrededor de otras chicas que estaban llorando, abrazándolas y consolándolas. Muchas estaban estudiando unos libritos que se titulaban “Cómo llamar al tren”.
Al principio, me quedé en la puerta. No me atrevía a hablar con ellas de mi problema, porque pensaba que serían como la gente de enfrente de mi andén. Pero, poco a poco, fui oyendo sus conversaciones, y me di cuenta que tenían el mismo problema que yo. Sus trenes tampoco llegaban. Los andenes, que se veían por los ventanales, eran los suyos. Cada chica tenía uno, que vigilaban constantemente, como yo el mío, por si acaso el cartel de información se iluminaba, y ponía “El próximo tren va a hacer su entrada en la estación”
Un día, reuní valor, me senté en un sofá y me presenté. En seguida un grupo de chicas vinieron a saludarme, y me dijeron que estaban muy contentas de que hubiera entrado en la sala. Les conté mi problema, y ellas me dijeron que estaban igual que yo. Sus trenes tampoco venían, y algunas llevaban también mucho tiempo esperando y se sentían igual de solas. Me dieron uno de los libritos “Cómo llamar al tren” y me explicaron que hay que apretar el botón del interfono en un momento preciso, y que para saber cuál era tenía que estudiarme el librito.
Me surgieron muchas dudas mientras estudiaba, pero siempre había alguna chica que me las solucionaba. Estoy muy contenta, porque por fin, después de tanto tiempo, puedo hablar con alguien de lo que me pasa, y me escuchan, me animan y me comprenden.
He aprendido mucho desde entonces. Hay chicas, que cuando hablan con el servicio técnico, les dicen que hay un obstáculo en las vías, y que por eso el tren no puede llegar. A otras, le dicen que el tren está estropeado, y no arranca. A muchas, les dicen que los trabajadores están en huelga o que son muy vagos. Para todas hay soluciones, aunque a veces tienen que esperar mucho, pero ellas ponen todo de su parte.
Van a la sala de personal, y les llevan pastelitos a los conductores, para a ver si así se ponen contentos y les entran más ganas de trabajar. Si esto no funciona, el técnico de la estación, coge a alguno del cuello, le obliga a entrar en el tren y le manda a la estación del la chica que lo está esperando. Eso es un “Viaje Especial”. A veces el tren sigue sin llegar, porque se pierde por el camino, y acaba en una estación fantasma. Pero las chicas no se desaniman, les siguen llevando pastelitos y el técnico lo sigue intentando, hasta que el tren vaya a donde tiene que ir.
Otras veces, el técnico tiene que arreglar las vías, o reparar el tren. Hacen obras y mucho ruido, y la chicas se llenan de polvo, y sus andenes quedan hechos un asco. Pero las chicas se ponen a limpiarlo, llenas de energía, se sacuden el polvo de encima y esperan a que se ilumine el cartel. Yo las admiro muchísimo a todas, e intentamos ayudarlas siempre que podemos.
Pero el mejor momento de todos, es cuando estamos en nuestra sala, charlando y riéndonos, y de repente, vemos que el cartel de una de las chicas se ha iluminado. Entonces, todas nos ponemos como locas de contentas, empezamos a saltar y abrazarla llenas de alegría. Le acompañamos a su andén, y nos emocionamos muchísimo cuándo vemos a su tren entrar. Le ayudamos a subir, nos quedamos viendo cómo se va, mientras le decimos adiós con la mano. Algunas incluso llevan pancartas.
Pero no nos despedimos de ellas para siempre. En nuestra sala hay un teléfono con manos libres. Y las chicas que ya han cogido sus trenes nos llaman muy a menudo, para contarnos cómo les va en su viaje, qué paisajes están viendo, y sobre todo, para contarnos cómo apretaron ellas el botón del interfono. Aunque ya sabemos que no funciona igual para todas, muchas veces nos ayudan.
Y aquí sigo, en mi andén, esperando a que se ilumine mi cartel. Pero ya no estoy sola.
MUCHAS GRACIAS!!
marielena
escrito el: 29.01.13 11:37
No sé si serán las hormonas o tus palabras...
robanav
escrito el: 29.01.13 11:24
LA VÍRGEN!!!! Marielena,menudo nudo en la garganta me ha cogido... Estás palabras que nos brindas hablan por si solas,y yo ahora sé que estoy muy bien acompañada y apoyada por todas vosotras,sois mis niñas guapas. y aunque apenas nos conocemos,es como si fueramos amigas de toda la vida!!! os quiero locas.
y aunque apenas nos conocemos,es como si fueramos amigas de toda la vida!!! os quiero locas. MARLA72
escrito el: 29.01.13 11:15
Marielena que bonito!!!!!!!!
Juntas antes o despues todas cojeremos ese tren!!! Estoy segura!
Juntas antes o despues todas cojeremos ese tren!!! Estoy segura!
malesa
escrito el: 29.01.13 11:10
Gracias chicas, me alegro de que os haya gustado.
marielena
escrito el: 29.01.13 10:46
Me encanta!! Qué bonito!! Y qué razón lleva!!! Yo llevo 18 meses esperando mi tren...
Agosto 2011. Empezamos con 31 años (los dos).
Yo SOP, con ciclos anovulatorios y endometrio delgado.
24 mayo 2012. Cita fertilidad. Nos mandan a IA.
1 junio 2012. Histero, me lo hace pasar mal. Pólipo en entrada de trompa izquierda. Me mandan histeroscopia.
Él, bichines con movilidad en un porcentaje muy al límite (30%). Mientras me citan para la histeroscopia me mandan 3 ciclos de omifin (sin control).
23 mayo 2012 Primer ciclo Omifín (1 x 50mg)
30 junio 2012 Segundo ciclo Omifin (1 x 50mg) + Dianben (2 x 850mg)
30 julio 2012 Tercer ciclo Omifin (2 x 50 mg) + Dianben (2 x 850 mg)
Histeroscopia 10/8
30 agosto 2012, ciclo sin nada, a esperar para la IA.
11 octubre, regla, vamos a fertilidad. Inicio Fostipur.
25 octubre 1º IA. Sale regulera, la muestra era baja. Negativa.
9 noviembre, ciclo de descanso.
22 diciembre, tampoco me hacen la IA porque se van de vacaciones. Ya podía ocurrir un milagrito! Empiezo Metformina esta vez recetada (1-0-1).
22 enero 2013, tratamiento para segunda IA con Gonal e inicio acupuntura.
Yo SOP, con ciclos anovulatorios y endometrio delgado.
24 mayo 2012. Cita fertilidad. Nos mandan a IA.
1 junio 2012. Histero, me lo hace pasar mal. Pólipo en entrada de trompa izquierda. Me mandan histeroscopia.
Él, bichines con movilidad en un porcentaje muy al límite (30%). Mientras me citan para la histeroscopia me mandan 3 ciclos de omifin (sin control).
23 mayo 2012 Primer ciclo Omifín (1 x 50mg)
30 junio 2012 Segundo ciclo Omifin (1 x 50mg) + Dianben (2 x 850mg)
30 julio 2012 Tercer ciclo Omifin (2 x 50 mg) + Dianben (2 x 850 mg)
Histeroscopia 10/8
30 agosto 2012, ciclo sin nada, a esperar para la IA.
11 octubre, regla, vamos a fertilidad. Inicio Fostipur.
25 octubre 1º IA. Sale regulera, la muestra era baja. Negativa.
9 noviembre, ciclo de descanso.
22 diciembre, tampoco me hacen la IA porque se van de vacaciones. Ya podía ocurrir un milagrito! Empiezo Metformina esta vez recetada (1-0-1).
22 enero 2013, tratamiento para segunda IA con Gonal e inicio acupuntura.
martasc
escrito el: 29.01.13 10:42
¡Que bonito! 
Mara_trader
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