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Si en una pareja no hay problemas de concepción por razonas físicas pero no logra un embarazo en un tiempo de 6 meses, empiezan los nervios, se intensifica la frustración cada vez que  baja la regla y se instala la duda primero y, más tarde, el miedo . Es la barrera más potente para la fertilidad.

Por las prisas y la firme idea que con mucho esfuerzo y más empeño lograremos nuestros objetivos, inclusive el de ser padres, nos sometemos nosotros mismos a una presión innecesaria. Nos dicen o leemos que lo normal es tardar un año más o menos para quedar embarazados y mucho antes de que se cumpla esta fecha ya nos entran dudas y, con cada regla que baje, cada vez más intensas. Estas se acentúan si hemos tenido un aborto, tanto si fue espontáneo como planificado, dudas que se convierten rápidamente en frustración y luego en miedo… y ya estamos en un círculo vicioso. ¿Qué hacer? Lo mejor, obviamente, seria ¡no entrar!

Si os encontráis al inicio de vuestro camino, intentad de seguir disfrutando de vuestra sexualidad, pero por favor, sin calendario ni reloj. Hacer el amor “a la carte” ya pone tensión y expectativa en vuestro encuentro amoroso que difícilmente culminará en un embarazo. Para concebir hace falta estar relajados, tener ilusión y expectativa pero no con las ideas fijas del tipo: “Si no estoy en un día fértil no hace falta hacer el amor “ “Porqué hoy que tengo un día muy fértil ¿tiene que ir al partido de fútbol?” “O hoy o nunca” etc.

Seguid planificando los próximos meses como hasta ahora. No renunciar a un viaje en agosto por la remota posibilidad de estar embarazada. Si así será, todavía estaréis a tiempo de cancelar pero si no, tendréis doble frustración: sin embarazo y sin viaje. Si se nos presenta la ocasión de cambiar de trabajo no descartarlo solo por lo de “si luego me quedo embarazada de aquí 3 meses, ¿qué les digo?”. Ya hemos visto que, realmente, no es posible decir CUANDO estaremos embarazadas. Ya sé que no es fácil, pero el tercer consejo es no obsesionarse, no estar pensando a todas horas de todos los días que cómo nos sentimos, si surgen antojos, si los pechos están hinchados si.., si .. , si.

En el momento que la preocupación se vuelve miedo tenemos todos los números de bloquearnos del todo. El cuerpo ante una situación peligrosa reacciona con una actividad aumentada del corazón, de la llegada de sangre y oxígeno a los músculos, acelera la respiración para poder salir… por piernas! Al mismo tiempo bloquea todas las funciones innecesarias en este momento, como p.ej. la digestión y por supuesto, ¡la fabricación de hormonas no vitales!

Pero el miedo también puede paralizar, basta observar una presa ante una serpiente por ejemplo. O nuestra sociedad actual, que por el miedo de hacer un paso en falso... no hace nada. También se resiente el sistema hormonal, muy ligado al emocional: lo último que necesitamos es un sistema hormonal bloqueado.

El consejo probablemente más sencillo es seguir disfrutando de la vida en pareja. Mantener los hábitos de salir, disfrutar de los fines de semana con amigos y la familia y no estar constantemente pensando en nuestro bebé.
Y siempre recordar que lo de quedarse embarazada a la primera realmente pasa muy pocas veces. Parece ser más realista lo que dice Robin Baker en su libro “Sperm Wars: Infidelity, Sexual Conflict and other Bedroom Battles”: según él, de media, hacen falta 500 noches de amor para concebir. ¡Haced cuentas!